Perspectiva educativa siglo XXI
Por Gerardo Soto Solano
Para Ann Robert y otros, “la biopedagogía se inscribe en la línea del paradigma emergente, por tanto, se fundamenta en sus conceptos fundamentales de caos, incertidumbre, complejidad, emergencia, holismo”. Es desde esta visión del cosmos que se debe buscar una nueva práctica pedagógica que garantice el máximo de felicidad y responsabilidad.
Hugo Assman “los seres humanos no son de modo natural tan solidarios como parecen suponer nuestros sueños de una sociedad justa y fraternal”, por tanto es indispensable que la nueva cultura y la nueva educación deben predisponer para el desarrollo de una solidaridad efectiva, y que no decir de todos los valores y conductas que involucran la vida del individuo y la vida de lo social.
Es necesario que las personas aprendan a apreciar al ser humano por su condición social, política, económica, étnica, ideológica, laboral, profesional, nacional. Es necesario aprender a valorar el medio natural como entorno próximo y ser capaz de estar en contacto con lo natural, con los animales las plantas, los hongos, las bacterias, es decir tener conciencia de la naturaleza. Aprender a transitar y transformar los escenarios de la cultura, sin temor a lo social y a la tecnología. Aprender sobre la totalidad del cosmos, la dimensión espiritual, lo que nos da razón y significado a nuestro ser. Aprender a explorar su cuerpo, a reconocer diferencias entre personas, a valorar su autonomía y la de los demás, a ser interdependiente. Aprender a ser feliz, solidario, amoroso y responsable. Aprender a ser creativos, comunicativos y expresivos.
Maturana afirma que “el hombre es un ser primeramente emocional”, necesita de otros, aprende, reacciona, se defiende, acaricia, se comunica, grita, ama apasionadamente, desprecia, interactúa, se transforma, es rudo, necio, adulador, manipulador, solidario.
Así la comprensión de lo social y cultural y derivados de ella, lo educativo, como fenomenología de tercer orden, nos invita a replantear la concepción de los procesos, así llamados educativos, en busca de una reorientación que efectivamente tenga en cuenta la naturaleza autopoiética del ser humano como individuo y como grupos, sean estas familias, empresas, instituciones, comunidades y otros. De tal manera, que si bien la cultura y la educación no son una derivada directa de la biología humana, si son construcciones que estan condicionadas por tal biología, en lo físico, mental, emocional y otros.
La educación no puede hacerse sin partir de las necesidades emocionales como amor y ternura, diálogo y conversación, si es que se quiera que las actividades autopoiéticas de los que forma parte el hombre le provean del bienestar y felicidad que necesitan y a la cual tiene derecho.
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